Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación
https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v6i24.389
Volumen 6 / No. 24, Edición Extraordinaria
junio 2022
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 959 – 969
Estrategias de aprendizaje autónomo en el
contexto de la educación virtual
Autonomous learning strategies in the contexto of virtual education
Estratégias
de aprendizagem autônoma no contexto da educação virtual
Brisvani Bonifaz Valdez
bbonifaz@unap.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-9067-0731
Universidad Nacional del
Altiplano. Puno, Perú
Indira Gómez-Arteta
igomez@unap.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-6489-2261
Universidad Nacional del
Altiplano. Puno, Perú
Myrna Cleofé Sánchez Rossel
mrossel@unap.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-0823-2856
Universidad Nacional del
Altiplano. Puno, Perú
Artículo recibido el 25
de septiembre 2021 | Aceptado el 31 de mayo 2022 | Publicado el 30 de junio de
2022
RESUMEN
Fomentar
el aprendizaje autónomo de los estudiantes es una tarea de los sistemas
educativos a nivel mundial; sin embargo, este ha sido un aspecto descuidado por
mucho tiempo, retomándose su importancia en los dos últimos años para concretar
las exigencias de la educación virtual. El objetivo del estudio fue identificar
las estrategias de aprendizaje autónomo que utilizaron los estudiantes
universitarios en el contexto de la educación virtual. Se combinó métodos
cualitativos y cuantitativos; utilizándose el cuestionario de estrategias del
trabajo autónomo /CETA y la entrevista en profundidad. La muestra estuvo
formada por 20 estudiantes con buen rendimiento académico. Los resultados
muestran que las estrategias de conceptualización son las más utilizadas,
orientándose al trabajo intelectual sobre el contenido; seguidas de las
estrategias de participación, ampliación, preparación de exámenes y
planificación. Se concluye que las fortalezas permitieron buscar información,
elaborar organizadores y prepararse para las evaluaciones; y las debilidades fueron
la falta de un horario organizador y la dificultad para trabajar en grupo.
Palabras clave: Aprendizaje; Autonomía
en el aprendizaje; Autorregulación; Estrategias de aprendizaje
ABSTRACT
Promoting the
autonomous learning of students is a task of educational systems worldwide;
however, this has been a neglected aspect for a long time, retaking its
importance in the last two years to specify the demands of virtual education.
The objective of the study was to identify the autonomous learning strategies
used by university students in the context of virtual education. Qualitative
and quantitative methods were combined; using the self-employment strategies
questionnaire /CETA and the in-depth interview. The sample consisted of 20
students with good academic performance. The results show that the
conceptualization strategies are the most used, oriented to intellectual work
on the content; followed by strategies for engagement, enlargement, test preparation,
and planning. It is concluded that the strengths allowed to
search for information, develop organizers and prepare for the
evaluations; and the weaknesses were the lack of an organizing schedule and the
difficulty of working in a group.
Key words: Learning; Autonomy
in learning; Self-regulation; Learning strategies
RESUMO
Promover a aprendizagem autônoma dos alunos é uma tarefa dos sistemas
educacionais em todo o mundo; no entanto, este foi um aspecto negligenciado por
muito tempo, retomando sua importância nos últimos dois anos para especificar
as demandas da educação virtual. O objetivo do estudo foi identificar as
estratégias de aprendizagem autônoma utilizadas por estudantes universitários
no contexto da educação virtual. Métodos qualitativos e quantitativos foram
combinados; utilizando o questionário de estratégias de auto-emprego /CETA e a entrevista em profundidade. A
amostra foi composta por 20 alunos com bom desempenho acadêmico. Os resultados
mostram que as estratégias de conceituação são as mais utilizadas, voltadas ao
trabalho intelectual sobre o conteúdo; seguido por estratégias de engajamento,
ampliação, preparação de testes e planejamento. Conclui-se que os pontos fortes
permitiram buscar informações, desenvolver organizadores e preparar-se para as
avaliações; e os pontos fracos foram a falta de um
cronograma organizado e a dificuldade de trabalhar em grupo.
Palavras-chave: Aprendizagem; Autonomia
na aprendizagem;
Autorregulação; Estratégias de aprendizagem
INTRODUCCIÓN
En los últimos años, el
progreso en las tecnologías ha cambiado el paradigma educativo, la utilización
de redes sociales, el uso de aplicativos de comunicación, el uso de internet ha
modificado la forma de buscar información y la forma en que los estudiantes
aprenden, creando un perfil de estudiantes autónomos y estratégicos, capaces de
retroalimentarse y aprender constantemente (González et al., 2017). En este
nuevo proceso, el currículo tiene un papel trascendente, porque debe permitir
que los objetivos, contenidos, métodos, técnicas y procedimientos de evaluación
sean acordes a este nuevo modelo de formación (García et al., 2017). Se
requieren currículos flexibles y abiertos orientados a desarrollar en los
estudiantes el saber aprender que involucre el uso y manejo de estrategias de
aprendizaje autónomo, así como aprender a aprender en contextos presenciales y
virtuales, siendo estos últimos los que permiten el uso de distintas
herramientas que favorecen la autonomía en el aprendizaje (Sierra, 2011).
El
sistema educativo peruano atraviesa por problemas en cuanto al rendimiento
académico, según los resultados del Programa para la Evaluación Internacional
de Estudiantes - PISA (Ministerio de Educación, 2018). Estos resultados revelan
una problemática que afecta a las universidades peruanas, que deben lidiar con
estas deficiencias y redoblar esfuerzos para alcanzar el objetivo de la
enseñanza y aprendizaje (Ministerio
de Educación, 2018).
Por otra parte, la situación actual de pandemia obligó a impartir la educación
de manera remota, teniendo que enfrentar desafíos en la implementación de esta
modalidad; el trabajo virtual implicó para estudiantes y docentes un gran
desafío. Integrar una nueva forma de trabajo significó una evaluación y reprogramación
del quehacer diario de los agentes educativos; lo que implicó, también, el
manejo de estrategias autónomas y de autorregulación pertinentes,
orientadas a lograr aprendizajes en contextos virtuales para enfrentar los
nuevos desafíos. Estos retos implican que los estudiantes deben desempeñar un
rol más activo en su aprendizaje, evitando la dependencia y asumiendo su
autonomía (Corredor et al., 2009).
La
utilización de estrategias de aprendizaje no solo puede mejorar los recursos
cognitivos de los estudiantes, sino también desarrollar aspectos motivadores, a
fin de permitirle el logro de sus objetivos (Schunk,
2012). Una característica importante de cualquier estrategia es que está bajo
el control de los estudiantes, tiene carácter intencional, es controlada y
además reflexiva, es decir, aunque algunas rutinas se pueden aprender hasta el
grado de automatización, estas estrategias suelen estar bien pensadas,
planificadas e involucradas conscientemente en el evento, permitiendo que cada
estudiante pueda determinar y combinar las estrategia más efectivas que le
permitan lograr un mejor rendimiento académico (Beltrán, 2002 y Corredor et al.,
2009).
El aprendizaje autónomo
se refiere a la
capacidad de tomar decisiones para ajustar el proceso de
aprendizaje, por lo
que es necesario que los estudiantes aprendan a planificar, fijando metas y
actividades que conduzcan a su cumplimiento; monitorear, comprendiendo cada
detalle y planteando un cambio de estrategias, si fuese el caso; valorar
conscientemente las actitudes y limitaciones que exijan las tareas
cognoscitivas (Crispín et al., 2011); y, utilizar estrategias que acerquen al
estudiante hacia
una meta prevista (Rodríguez et al., 2018). Estas acciones se orientan a mejorar los recursos
cognitivos de los estudiantes y desarrollar aspectos motivadores, a fin de
permitirle el logro de sus objetivos (Schunk, 2012),
los cuales deben estar establecidos con claridad para que el funcionamiento del
aprendizaje sea efectivo
(Martínez, 2004).
Las estrategias de aprendizaje autónomo
comprenden seis factores: colaboración, ampliación, conceptualización,
planificación, preparación de exámenes y participación. Las estrategias de
colaboración se orientan a utilizar adecuadamente los recursos de apoyo y están
sustentadas en la interacción constante de la triada maestro-estudiante-grupo,
permitiendo la relación responsable, desarrollo de ciertas actitudes, refuerzo
de valores y la satisfacción de los actores educativos (Corredor et al., 2009); estas comprenden, entre otras, intercambio
de libros, resúmenes, apuntes, consultas con los compañeros sobre dudas,
intercambio de documentos, direcciones webs, que ayuden a una mejor comprensión
del tema.
Sobre las estrategias de ampliación están
relacionadas con la búsqueda y ampliación de la información que complemente lo
desarrollado en la asignatura, desde la consulta bibliográfica en internet y
lecturas complementarias hasta la elaboración de una base de datos con toda la
información disponible. Las estrategias de conceptualización, cuyo objetivo es
enseñar a pensar y reforzar el desarrollo de competencias cognitivas y metacognitivas (Corredor et al.,
2009), abordan la construcción de esquemas, resúmenes, cuadros
sinópticos, mapas conceptuales, esquemas globales que permitan al estudiante
elaborar una síntesis personal de los contenidos (Pilcher,
2011); estimulando múltiples áreas del cerebro para mejorar la
retención y la memoria (Paivio, 1990). Además, las
conceptualizaciones necesitan argumentos que sustenten las afirmaciones, para
poder defenderlas con conocimiento y profundización del tema (Crispín et al., 2011).
Las estrategias de planificación comprenden
el análisis, reflexión y valoración de los aspectos relacionados con las tareas
y el contexto donde se desarrollan, esto
estimula el deseo de aprender y conducir los intereses y esfuerzos hacia el
logro de las metas propuestas (Corredor et al., 2009), las que están
orientadas a planificar trabajos académicos y actividades extracurriculares,
previendo los tiempos y las actividades hasta evaluar el proceso de aprendizaje
final. Las estrategias de preparación de exámenes, implican la lectura oportuna
de repaso del material, seleccionando los puntos esenciales que ha desarrollado
a lo largo de la asignatura, para tener un complemento claro y pertinente antes
del examen.
Existen a su vez las estrategias de
participación que se orientan a las acciones que permiten al estudiante ser un
ente activo en su propio aprendizaje. La participación activa de los
estudiantes incluye más que solo escuchar, se refiere al momento en que los
estudiantes deben leer, escribir, debatir, crear o participar en la resolución
de problemas (Morgan et al., 2005). Las estrategias de participación consideran
el registro de notas de las explicaciones del profesor y su respectiva
aclaración; así como de las dudas e inquietudes de los compañeros; revisión y
corrección de las tareas con el objetivo de comprobar lo aprendido, y la
participación en clases. Estas acciones crean un enfoque muy activo y centrado
en el estudiante, proporcionándole la oportunidad de autoguiar
su interacción con los materiales del curso, eligiendo el estilo de aprendizaje,
preferencia y otros requisitos (Amin y Eng,
2009).
La autonomía
del aprendizaje debe considerarse como una de las principales claves del éxito
de la educación superior y uno de sus principales "productos”. Esto
implica tratar al aprendizaje como una forma personal en evolución, que dura
toda la vida y que tiene lugar en todos los entornos, y si hay que destacar
algún aspecto, es considerar a las personas como promotoras activas de su
propio aprendizaje, teniendo en cuenta sus potencialidades únicas e
irrepetibles (López, 2010). En este sentido, se puede considerar que el nivel
de formación no proviene de la cantidad que pueda acumular el estudiante, sino
de la calidad y método que maneja (Rué, 2009). Así mismo, la tendencia de las
personas a controlar su propio aprendizaje no está necesariamente determinada
por la mejora de su capacidad refleja, sino por el proceso metacognitivo,
que depende del tipo de personalidad, preferencia de estilo de aprendizaje,
estilo cognitivo, experiencia pasada y otros aspectos (Jennings,
2007).
En cuanto al
aprendizaje autónomo indica la madurez del desarrollo de las actividades
cognitivas; más que solo una teoría del aprendizaje es una habilidad que debe
ser aprendida claramente, ya que influye en la formación personal de los
estudiantes y como tal necesita desarrollarse en un entorno que promueva
determinadas actividades, convirtiéndose en una competencia transversal
estratégica clave en la formación superior (Rué, 2010). De esta forma, el
objetivo de este trabajo fue identificar las estrategias de aprendizaje autónomo que
utilizaron los estudiantes universitarios en el contexto de la educación
virtual, interpretando sus percepciones sobre las fortalezas y debilidades
encontradas en su aplicación.
MÉTODO
El enfoque de investigación corresponde a un estudio mixto:
cuantitativo y cualitativo; el mismo que utiliza las potencialidades de ambos
tipos de investigación y permite interpretar mejor la información (Hernández et
al., 2010). La población de estudio fueron los estudiantes de los Programas de
Matemática, Física, Computación e Informática y Lengua, Literatura, Psicología
y Filosofía de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno durante el año
2020. La muestra de investigación se eligió a través de un muestreo no
probabilístico por conveniencia, constituyéndola 20 estudiantes con un
rendimiento académico que los sitúa en el tercio superior, los cuales aceptaron
voluntariamente participar en la investigación.
Para identificar las estrategias de aprendizaje autónomo se
utilizó como técnica la encuesta y como instrumento el cuestionario de
estrategias de trabajo autónomo (CETA), formado por 45 ítems, distribuidos de
la siguiente manera: Estrategias de ampliación: 9 ítems;
Estrategias de colaboración: 11 ítems; Estrategias de
conceptualización: 8 ítems; Estrategias de planificación: 5 ítems; Estrategias
de preparación de exámenes: 6 ítems y Estrategias de participación: 6 ítems. Cada
uno de los ítems se evaluó con una escala que comprende cinco opciones: nunca,
pocas veces, algunas veces, muchas veces y siempre. Este instrumento tiene un
alto coeficiente de fiabilidad Alpha de Cronbach, que asciende a 0,898. Los datos obtenidos se
procesaron estadísticamente utilizando medidas de tendencia central.
Para identificar las fortalezas y debilidades en el uso de
las estrategias de aprendizaje autónomo, se utilizó como técnica la entrevista en
profundidad con una guía de entrevista semiestructurada.
La información obtenida se organizó mediante el procedimiento de
categorización, considerando dos categorías de análisis: fortalezas, referidas
a aquellos aspectos positivos que el estudiante considera que le ayudan a
desarrollar su aprendizaje autónomo y, debilidades, referidas a aspectos
negativos y carencias que obstaculizan el desarrollo de su aprendizaje
autónomo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados generales muestran que los estudiantes utilizan diversas
estrategias de aprendizaje autónomo en su formación universitaria, y lo hacen
de manera frecuente. En este apartado se presentarán los aspectos más
importantes de los hallazgos de la investigación.
Tabla 1. Estrategias de aprendizaje autónomo.
|
Estrategias de
Ampliación |
Estrategias de
Colaboración |
Estrategias de
Conceptualización |
Estrategias de
Planificación |
Estrategias de
Preparación de Exámenes |
Estrategias de
Participación |
||||||
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
|
Nunca |
1 |
5% |
2 |
10% |
1 |
5% |
1 |
5% |
1 |
5% |
1 |
5% |
Pocas veces |
1 |
5% |
4 |
20% |
1 |
5% |
3 |
15% |
1 |
5% |
2 |
10% |
A veces |
3 |
15% |
10 |
50% |
1 |
5% |
6 |
30% |
5 |
25% |
2 |
10% |
Muchas veces |
9 |
45% |
3 |
15% |
12 |
60% |
8 |
40% |
10 |
50% |
10 |
50% |
Siempre |
6 |
30% |
1 |
5% |
5 |
25% |
2 |
10% |
3 |
15% |
5 |
25% |
Los resultados de la Tabla 1 evidencian que
los estudiantes recurren a las distintas estrategias de aprendizaje autónomo:
estrategias de ampliación (45%), estrategias de conceptualización (60%),
estrategias de planificación (40%), estrategias de preparación de exámenes
(50%) y estrategias de participación (50%), siendo la escala de muchas veces la
que muestra los mayores porcentajes. Se percibe un manejo variado de
estrategias propias de estudiantes que planifican y organizan su proceso de
aprendizaje coherentemente.
Ellos, evidencian el uso de un enfoque
profundo de aprendizaje, al mostrar un mayor nivel del desarrollo de su
autonomía (Rué, 2016). Su control es
mayor, ya que planifican y evalúan sus actividades permanentemente,
identificando fortalezas y debilidades; aplicando todo lo aprendido en
situaciones reales de aprendizaje, en base a la elección de las mejores
estrategias para afrontar diferentes tipos de tareas (Corredor et al., 2009). Lo más básico y elemental para los
estudiantes debe ser su comprensión del manejo de información y el uso de
estrategias de aprendizaje; por lo que necesitan
fortalecer su autonomía. El proceso de enseñanza se convierte, así, en una
interacción dinámica, centrada en el estudiante y en la optimización de su
aprendizaje; siendo el maestro quien lo guía en su formación hacia una mayor
independencia.
Por lo
tanto, la sociedad precisa la adquisición de habilidades de aprendizaje para
una mejor adaptación a puestos de trabajo de nivel superior y nuevos requisitos
laborales (Maldonado et al., 2019).
En relación con la aplicación de estrategias
a las actividades de aprendizaje específicas es uno de los mayores problemas
que enfrentan los estudiantes, corroborando que las estrategias relacionadas a
la ampliación de información ejercen una mayor presión sobre el aprendizaje
autónomo, así como las que están relacionadas con la comprensión lectora (Medina, 2019). También, se encontró afinidad
con la investigación de Maldonado et al. (2019), quienes encontraron que el 68%
de los estudiantes desarrollaron habilidades autónomas a un nivel regular, en
los aspectos de expansión, ética, cognición, tecnología, comunicación,
autocontrol y evaluación; además los resultados de la inferencia de la
investigación muestran que la estrategia de adquisición de información llamada
exploración es la estrategia más importante para el aprendizaje autónomo.
En oposición a ello, se encuentran los
resultados de la investigación de García et al. (2017), donde estudiantes de
educación básica no tienen clara la definición de trabajo por cuenta propia; el
48,6% de ellos lo definió como una tarea de investigación personal, mientras
que el 54,2%, como una actividad personal independiente fuera del aula. Por lo
que explica que los estudiantes deben aprender a ser conscientes de la
importancia de las metas y planes para lograr el éxito en la vida y por ende de
las estrategias que utilizan a la hora de estudiar, resolver problemas o
realizar tareas de aprendizaje; y, los docentes deben ayudarlos a establecer dichas
metas a corto y largo plazo, a planificar tareas, a evaluar su progreso y a
elegir la estrategia más adecuada.
Otros estudios se ha verificado que cuando
los jóvenes leen los informes de las encuestas, tratan de encontrar diferentes
formas de explicar la conclusión: 17 han logrado el objetivo en la explicación
científica, solo les fascina el 29,2%, mientras que al 27,15% les gusta
comparar las diferentes teorías que están estudiando, y el 22,9% intenta
conectar las ideas de una disciplina con las ideas de otras (Gonzales-Sanchez et al., 2018).
En ese entender, el desarrollo de la
autonomía de aprendizaje requiere el uso de estrategias de enseñanza como intermediarias
que permitan a los estudiantes adaptarse a un sistema de conocimiento
estructurado; una vez que el sistema se internaliza y se configura como una
estrategia de aprendizaje, cooperará en la dirección del área de desarrollo
cercano y en la autorregulación (Cabrera, 2009).
Por lo que el propósito de esta mediación es fortalecer la autonomía de los
estudiantes para planificar, evaluar y controlar sus propios procesos de
aprendizaje y formación (Corredor et al., 2009).
Por otro lado, es importante destacar que los
estudiantes evidencian fortalezas y debilidades en la aplicación de las
estrategias de aprendizaje autónomo, siendo las principales fortalezas las que
se refieren a la búsqueda y procesamiento de información y, las principales
debilidades referidas a la falta de horarios y dificultad para trabajar en
grupos. Esta información se presenta en la Tabla 2, considerando las
expresiones textuales de algunos estudiantes acerca de sus fortalezas y
debilidades en sus procesos de aprendizaje autónomo.
Tabla 2. Fortalezas y debilidades en el uso de estrategias de aprendizaje
autónomo.
Estudiante |
Fortalezas |
Debilidades |
01 |
-
Elaboro
organizadores de información (cuadros de doble entrada, línea de tiempo). - Reviso el material de estudio subrayando y
elaborando resúmenes. - Estudio con anticipación para mis exámenes. - Recurro a internet para buscar información y
bibliografía y de esa manera despejar dudas esto lo realizó siempre y cuando
me gusta el curso |
- Me resulta difícil integrarme a los grupos de
trabajo, siento que no consideran mi opinión y eso me hace sentir mal, por
eso a veces pienso que es mejor trabajar sola. |
02 |
- Para afrontar una evaluación, reviso mis apuntes
tomados en clase para tener las reglas claras a la evaluación que voy a
rendir; utilizo diccionarios casi siempre, complemento mi repaso con
bibliografía adicional que bajo de internet y que la imprimo; utilizo el
subrayado haciendo uso de distintos colores para distinguir ideas principales
de ideas secundarias y elaboro mapas mentales o conceptuales. |
- Estuve habituada a imprimir siempre el material,
pero por la nueva forma virtual de trabajo me resulta complicado leer el
material en la pantalla de la computadora |
03 |
- Para estudiar realizo resúmenes, dos lecturas al
material, miro videos en YouTube cuando no entiendo el tema y, a veces hago
esquemas. |
- Al finalizar una sesión me quedan dudas, pero me da
miedo preguntar al docente, solo algunos compañeros me aclaran las dudas. - Debido a la cantidad de tareas que nos dejan los
docentes no me dan tiempo para repasar todos los días mis asignaturas, me
gustaría tener un horario que cumplir. |
04 |
- Me gusta seleccionar primero lo más importante que
considero que podría venir en un examen para recién empezar a estudiar,
realizó resúmenes y aplico la técnica de la nemotecnia. |
- No me gusta trabajar en grupo, algunos compañeros no
cumplen con los trabajos asignados y eso perjudica a todo el grupo. - A veces, mis tiempos se complican y no tengo un
horario establecido para realizar mis tareas. |
05 |
- Tomo apuntes en clase casi siempre, reviso
información en internet principalmente la página de Scielo,
me interesa leer los artículos; para empezar a estudiar primero busco los
resúmenes en internet de los temas, eso me ayuda a entender mejor. |
- No tengo una planificación fija, no tengo un
horario. |
06 |
- Me cuesta mucho organizar mis actividades en un
horario, a veces tengo un horario, quiero cumplirlo pero me resulta
complicado cumplirlo. |
De la transcripción de las entrevistas a los
estudiantes se puede resaltar que el control y la autonomía de sus aprendizajes
radica principalmente en el manejo de las estrategias de aprendizaje autónomo,
siendo las más recurrentes la elaboración de resúmenes, organizadores de
información, el subrayado y toma de apuntes; lo que permite una articulación de
información de experiencias previas con nuevas, ya sea organizando,
codificando, decodificando, comparando, analizando, clasificando, sintetizando
y recordando la información con la intención de lograr los propósitos del
aprendizaje (Corredor, et al., 2009).
Este resultado concuerda con González et al.,
(2017) al afirmar que cuando los estudiantes utilizan el procesamiento de
profundidad global abstracto / semántico, conectan las ideas de un tema con
otros temas, incluso si leen una investigación, todavía buscan diferentes
formas que explique la conclusión; también les fascina la explicación
científica, ya que cuando leen el problema tratan de pensar en diferentes
formas de resolverlo. Asimismo, se relaciona con los resultados de Gonzales-Sánchez
et al., (2018), respecto a ejercitarse asociando nuevas palabras e ideas con
las que ya se conoce, pues el 35,45% de los jóvenes ha desarrollado esta
habilidad; el 27,1%, ha inventado una forma de recordar después el sistema de
aprendizaje; y, el 33,3% de los encuestados aplica estas nuevas ideas a su vida
diaria.
Así mismo, considerar expresiones como la del estudiante 01, cuando
indica: “elaboro organizadores de información, programo mi tiempo de estudio
con anticipación, reviso el material de estudio subrayando y elaborando
resúmenes, recurro a internet para buscar información y bibliografía y de esa
manera despejar dudas; esto lo realizó siempre y cuando me gusta el curso”,
muestra que aquellos estudiantes que prestan más atención al procesamiento de
la información conceptual, aprenden de una manera más sistemática, realizan un
análisis más profundo de la información y están menos inclinados a aprender
mecánicamente; son estudiantes que planifican mejor sus aprendizajes (Márquez et al., 2014).
En esa misma línea, se afirma que la falta de
estrategias de autorregulación y el proceso de afrontamiento del aprendizaje
son las principales razones del fracaso universitario (Tuckman, 2003). Es así que “sin un
esfuerzo individual de planeación, organización y trabajo (personal o colectivo) resulta imposible autoeducarse,
crecer, madurar y adquirir una personalidad definida” (Mitchel y Luviano, 1996, p.40).
La elaboración de organizadores de información, son un
recurso clave para generar un mejor entendimiento de los contenidos
desarrollados en las sesiones de aprendizaje, es así que el estudiante número
06 indica: “realizo organizadores para resumir todo lo que tengo que estudiar,
amplío la información revisando videos, me gusta investigar en todas las
asignaturas que llevo en el semestre”. En coherencia con ello, Harrison y Gobbons (2013) señalan que la utilización de los mapas elaborados por los estudiantes, aumentó
el desempeño promedio, del percentil 50 al 66, sorprendentemente. Asimismo, los
resultados de un metaanálisis de 19 estudios muestran
que la orientación del mapeo conceptual iniciado por Novak
tiene un impacto positivo en el pensamiento de los estudiantes, sobre todo en
las actitudes, especialmente en estudiantes de Nigeria.
Estas estrategias son útiles para los estudiantes, ya
que los ayudan a entender mejor la información que manejan, coincidiendo en que
los logros de aprendizaje mejoran en estudiantes que utilizaron el mapa
conceptual (Horton et al., 1993). Los
mapas ayudaron a los estudiantes a obtener y retener nuevos conocimientos, pero
también aumentaron su participación (Harrison y
Gibbons, 2013). Es así que el estudiante 01 indica: “elaboro
organizadores de información (cuadros de doble entrada, línea de tiempo),
realizo organizadores para resumir todo lo que tengo que estudiar, amplío la
información revisando videos, me gusta investigar en todas las asignaturas que
llevo en el semestre”; esto propicia una reflexión sobre la importancia de
mejorar y perfeccionar el manejo de esta variedad de estrategias.
La participación es fundamental a la hora de
despejar dudas e inquietudes, pero esta característica resulta siendo una
debilidad en el grupo de estudio, tal como lo indica el estudiante 05: “tengo
miedo de preguntar al docente cuando tengo dudas, muchas veces los docentes no
te dan confianza y eso hace que no preguntemos y nos quedamos con muchas dudas”.
Esta situación no favorece al desarrollo del aprendizaje autónomo, ya que
estudios anteriores han demostrado que los estudiantes que participaron al 100%, a través de la clase o la
tarea, se desempeñaron mejor que los que participaron en un 80% o menos (Starmer et al., 2015). Cabe mencionar, también, que a medida que disminuya su nivel
de participación, también disminuirá su desempeño en el examen final; pues la participación activa del estudiante
puede mejorar su rendimiento académico, independientemente de si los
estudiantes están en clase o fuera de ella; la participación de los estudiantes
de nivel superior en los cursos se correlaciona positivamente con los
resultados de las pruebas y los niveles más altos de aprendizaje (Petty, 2009).
El trabajo en grupo es también una debilidad
en el grupo de estudio, así lo manifiesta el estudiante 01: “me resulta difícil
integrarme a los grupos de trabajo, siento que no consideran mi opinión y eso
me hace sentir mal, por eso a veces pienso que es mejor trabajar sola”. Esto
contradice la idea de considerar los aspectos positivos del trabajo en equipo. Por
ejemplo, en una tarea de búsqueda visual conjunta, un integrante del grupo
puede ser mucho más rápido que todo el grupo en conjunto, dando como resultado
que el desempeño en grupo es igual o mejor al que realiza cada uno de los
integrantes (Wahn et al., 2018). Entonces, es
importante crear ambientes adecuados para lograr una participación activa del
estudiante y del grupo en el proceso de aprendizaje.
Finalmente, si bien la investigación muestra
un panorama completo acerca de la utilización de estrategias de aprendizaje
autónomo, el cual es positivo, se identifica como limitación del estudio el
hecho de que se trabajó con una muestra pequeña, surgiendo la necesidad de replicar
la investigación involucrando a más sujetos en la recolección de datos y,
también, relacionando estas estrategias de aprendizaje autónomo con el
desempeño académico de los estudiantes.
CONCLUSIÓN
Los resultados de esta investigación muestran
que los estudiantes, en el contexto de la educación virtual, utilizan
estrategias de aprendizaje autónomo en sus diversas modalidades: ampliación, conceptualización,
planificación, preparación de exámenes y participación, siendo la escala de “muchas
veces” la que muestra los mayores porcentajes. Este
aspecto es positivo y demuestra que la educación virtual exige más habilidades
de aprendizaje autónomo en los estudiantes, para que ellos sean protagonistas
de sus propios procesos de aprendizaje, dejando de ser sujetos pasivos para dar
paso a la autodeterminación en el cumplimiento de sus metas personales como
laborales y así concretar sus fines educativos. De esta forma se verifica que
el control de los aprendizajes radica principalmente en el manejo de las
estrategias de aprendizaje autónomo, que ayudan a reforzar las habilidades
cognitivas y metacognitivas de los estudiantes para lograr aprendizajes
de calidad.
Las fortalezas y
debilidades encontradas en los estudiantes en sus procesos de aprendizaje
autónomo, en el contexto de la educación virtual, muestran la necesidad de
reorientar algunas acciones de la docencia, con miras a aplicar estrategias que
fomenten el aprendizaje autónomo, dándoles a los estudiantes la oportunidad de
planificar, organizar, buscar información, preparase para sus evaluaciones y
participar en diversos entornos, respondiendo a sus propias necesidades y
estilos de aprendizaje, siempre con el propósito de lograr una formación
integral de calidad.
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